sábado, 30 de julio de 2011

¿Cómo se pretende ser feliz
cuando no hay nada?


¿Por que la gente tiende a verse tan estúpidamente feliz?
¿Por qué no puedo verme tan estúpidamente feliz como ellos?
¿Me falta algo?
¿Me sobra algo?


Acaso debo volverme un poco más tonta, un poco menos perspicaz
para ser un poco más normal... y sonreir.
Prefiero documentar mi ira en el cyberespacio anónimo y patético que
hacerlo saber afuera de mí.


Viene una herida tras otra, como una oleada de mar enfurecido.
¿Qué he hecho mal?
Como si el agua y las puertas se confabulan para tenderme
en el piso, lacerarme la carne, el alma.


¿Por qué debo vivir con todo esto encima, dentro...?
Y luego salir, afuera y tragarme la ira
y el dolor que palpita.

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